domingo, 23 de agosto de 2009

La enemiga


La primera muñeca llego al inicio de las vacaciones de verano en el cumpleaños de Esther.


Esther al ver la muñeca de vestido azul y sus negras y gruesas pestañas se olvida por completo de los planes que teníamos para el verano, como construir un refugio en la rama más alta del árbol, organizar la colección de sellos, o ir al cine en las tardes de domingos. Desde que llego la muñeca Esther u yo solo nos vemos en la hora de comer, sentí que tenía que darle punto final a este asunto. Al cuarto día de haber llegado la muñeca fui de punticas a la habitación de Esther y tome la muñeca, luego al cuarto de herramientas tome el martillo y el cuchillo, luego fue al baño y tome una toalla y me dirigí al final del patio donde estaba el poso abandonado, le destroce la cabeza con el martillo y le quite sus extremidades con el cuchillo las envolví en la toalla y al final del pozo fueron a dar.


Mi hermana los primeros días lloro y lloro pero luego todo volvió a la normalidad y mi hermana y yo pudimos hacer todo lo planeado. A finales del verano llego la siguiente muñeca pero esta no venía en una caja si no en una frazada rosa, pero no era para mi hermana, si no que esta vez la traía mi mamá, quien la puso en su cama, mi hermana la vi con cara de interés hacia la muñeca o sea que ya eran dos con un interés de protegerla, entonces me di cuenta que me tenía que deshacer de ese estorbo antes que me dañe el final del verano, en fin, mamá y Esther tienen un sueño pesado y yo tengo esperanza en el caso.

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